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El profesor de Ilustración

Ciclo formativo de grado superior en Ilustración

El profesor de Ilustración
Miguel Calero Hernández lleva 9 años enseñando todo lo que sabe como ilustrador y diseñador gráfico.
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Formación realizada:
"Siempre he dibujado, desde que fui capaz de coger un lápiz. Mi formación artística la obtuve en un curso profesional de ilustración tradicional, en la entonces conocida como Escuela Superior de Dibujo Profesional. Aunque, verdaderamente, el grueso de mi formación, tanto en técnicas como, sobre todo, en software, ha sido eminentemente autodidacta."

Asignaturas que ha impartido:

Diseño gráfico.

Dibujo del natural.

Técnicas de ilustración tradicional.

Técnicas de ilustración digital con distintos tipos de software

Dibujo y creación de personajes.

Mi labor docente siempre ha sido en academias privadas, en cursos profesionales sin titulación homologada.



¿Cómo debe ser el estudiante interesado en estudiar Ilustración?


En mi modesta opinión, la profesión de ilustrador debe ser vocacional. Nadie debería dedicarse a estudiar ningún tipo de disciplina artística, sea cual sea, si no está verdaderamente enamorado de la profesión. Creo que es necesaria una gran dosis de autodisciplina, humildad, no creer nunca que has llegado al tope, siempre se puede aprender más y mejorar, y un cierto espíritu de sacrificio. No se llega a ser un gran profesional si uno no dedica tiempo. Es algo que no difiere mucho de cualquier otra profesión.

¿Qué nivel de dedicación exigen los estudios a sus alumnos?


Pues no más ni menos que cualquier otro tipo de estudios. Sólo que, en mi opinión, es mucho más divertido. Por ejemplo, yo prefería pasarme horas dibujando o pintando antes que estudiarme un libro de 800 páginas de leyes. Además, es un tiempo muy agradecido, porque uno mismo nota que, cuantas más horas le dedica, mejores resultados se obtienen. Lo que se debe tener claro desde el principio es que, en esta profesión, todo (o casi todo) depende de uno mismo. Nadie regala nada. Tienes que ser bueno. Y serás mejor cuanto más tiempo le dediques.

Formación complementaria recomendable.


Normalmente un ilustrador trabaja como freelance, es decir, como profesional autónomo. Así, nos encontramos con que, además de los conocimientos propios de nuestra profesión, necesitamos ser nuestros propios representantes. No vienen mal algunas nociones de comunicación (cómo entrevistarse, en qué se fijan los entrevistadores, comunicación no verbal, presentación de porfolio, etc.). De hecho, opino que tan importante es tu trabajo como la manera de presentarlo y venderlo. No puede uno ir a buscar trabajo como ilustrador sin un porfolio o book con trabajos.
En cuanto al tema contable, que siempre es lo más aburrido, no sobran algunos conocimientos básicos en ese sentido, aunque también hay gestorías que pueden solucionarnos el tema por no demasiado dinero. Y, sobre todo, como decía antes, hay que tener muy claro que nunca se deja de aprender y evolucionar. Se puede decir que estamos en un proceso de formación constante: nuevo software, nuevas tendencias, nuevos estilos, nuevas técnicas… Al menos, es lo que he procurado hacer yo siempre.

¿Por qué considera necesario estudiar el ciclo formativo de grado superior en Ilustración?


Bueno, hay quien piensa que dibujar es algo con lo que se nace, y que con eso ya no es necesario nada más. Sin embargo, un ilustrador necesita mucho más que dibujar bien. Además, por lo general, la gente piensa que dibuja bien porque es el que mejor dibuja de sus amigos. Cuando llegan a la escuela de arte o a la academia, se dan cuenta de sus limitaciones. Dibujar bien implica un buen trazo, dominio de la anatomía, visión espacial y conocimientos de perspectiva. Eso sin entrar en la teoría del color y las técnicas, como la acuarela, el gouache, los acrílicos, los óleos, la pintura al pastel o las cada vez más demandadas técnicas digitales. Es imprescindible también dominar la teoría del color, la composición, crear sensaciones con el color, y un largo etcétera. Eso sin contar con otras materias que, si bien no son imprescindibles, son muy necesarias a escala cultural, como historia del arte, del diseño, etc. Por otro lado, también hay quien piensa que el ilustrador se puede "hacer". Bueno, cualquiera puede aprender a escribir, pero no todos pueden redactar El Quijote.

Aspectos positivos de los estudios de Ilustración


Como aspecto positivo, estos estudios aportan unos conocimientos básicos e imprescindibles para comenzar en la profesión. Y digo básicos porque, como comenté antes, estos estudios son sólo el principio.

¿Y los negativos?


Lo negativo puede ser que el alumno o la alumna no se tome en serio lo que está haciendo, o que haya profesores que pretendan imponer estilos concretos coartando la libertad del alumnado, o no sepan transmitir sus conocimientos de manera adecuada. No conozco muchos casos, pero haberlos, "haylos".

Valore la situación del mercado laboral para los ilustradores



No es un mercado fácil. La vida laboral de freelance tiene implícita una cierta dosis de inseguridad. No siempre se tienen encargos y, en otras ocasiones, se acumula tanto trabajo que implica noches en vela para poder cumplir los plazos de entrega. A eso se une la existencia de ciertos clientes que se empeñan en negarnos algunos derechos, como los derechos de autor. Afortunadamente, existen asociaciones de profesionales, como la Asociación Profesional de Ilustradores de Madrid (APIM) o la Federación de Asociaciones de Ilustradores Profesionales (FADIP), que hacen una gran labor, especialmente informativa, ya que es imprescindible conocer nuestros derechos para poder exigirlos.
Aunque, dicho así, la situación puede parecer un tanto negativa, os aseguro que no cambio esta profesión por nada del mundo. ¿Hay algo mejor que ganarse la vida con un lápiz o un pincel? Para mí, no.
Por otro lado, vivimos en una sociedad que gira en torno a la imagen. Y a fin de cuentas, un ilustrador no deja de ser un creador de imágenes. Siempre que se esté al tanto de las últimas tendencias y estilos demandados por el mercado, se puede decir que no es tan difícil ganarse la vida. Eso sí, el trabajo no viene a buscarnos al estudio. Hay que estar ahí y pelear por hacerte un hueco con calidad y seriedad.



Consejo a un futuro estudiante de ciclo formativo de grado superior en Ilustración.


Que esté muy seguro de qué quiere hacer. Y, una vez emprendido el camino, que no lo abandone. Hay mucha gente que se queda en la etapa de los estudios; otros, en la preparación de su porfolio y, otros, cuando empiezan a moverse en el mundo laboral y no sale trabajo. Os aconsejo que aguantéis ese primer tirón, porque, una vez superado, estaréis inmersos en una de las profesiones más apasionantes y gratificantes que existen.