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Ponte las pilas

Ponte las pilas
Para empezar bien el curso y no sufrir los agobios de última hora, es necesario establecer un sistema de trabajo.
El verano y las vacaciones han terminado. Puede ser que hayas pasado estos meses tirado en la tumbona porque los exámenes te han ido bien o, tal vez, hayas tenido que estudiar porque has suspendido alguna asignatura o no has aprobado la selectividad y has tenido que repetirla en septiembre.

Sea como sea, una cosa es segura: debes empezar de nuevo con los estudios, el sol y la playa se acabaron y otra vez comienza el curso. Eso no es motivo de tristeza, todo lo contrario. Es normal que la vuelta se te haga una montaña y que, en lugar de ver el vaso medio lleno lo veas medio vacío, pero, a pesar de todo, también sabes que hay que seguir hacia delante.


Piensa en positivo


Después de un merecido descanso, siempre se retoman los estudios con más energía.

Verás a tus compañeros de clase y compartirás todas las vivencias de estos meses y, además, conocerás a gente, profesores y amigos nuevos.

Podrás organizar tu tiempo desde un principio y corregir todo aquello que el año pasado no te fue bien.


Un poco de organización


A la hora de organizarte lo primero que debes hacer es encontrar tus técnicas de estudio y tus estrategias de aprendizaje. Debes tener en cuenta que cada persona es un mundo y, por eso, puede ser que lo que para tu compañero y compañera es útil para ti no lo sea tanto. Tal vez, para ti la mejor manera de quedarte con los conceptos sea relacionándolos; en cambio, para otros, lo más adecuado sea escribirlos en un papel. "Cada maestrillo tiene su librillo".

Normalmente, en el instituto o en la escuela te dan a conocer técnicas de estudio y estrategias de aprendizaje y, aunque sabes que deberías llevarlas a cabo, nunca, o casi nunca, lo haces. Por eso es importante que seas sincero contigo mismo y que tengas claro lo que haces bien y mal a la hora de ponerte a estudiar o hacer los deberes. Puede ser que exista una rutina en tu día a día y que seas lo bastante aplicado como para no estudiar a última hora. Por el contrario, también es probable que durante la semana sólo te preocupes de hacer los ejercicios del día siguiente y, en época de exámenes, te conviertas en un atleta y lo tuyo sean los sprints.

¿Cuál de los dos casos es el tuyo? Si tu opción es la primera, la verdad es que no hay mucho más que decir, sólo felicitarte y animarte a que sigas así, pero, si has escogido la situación b, este mes podrás cambiar tu elección y establecer un método de trabajo que te ayude a mejorar el rendimiento académico. Debes tomártelo sin prisa pero sin pausa. Estás empezando el curso y todavía te quedan muchos meses por delante, aunque sabes de sobra que al final el tiempo se te echará encima, así que no esperes a última hora.

Tal vez cada año, al empezar el curso, te hagas un montón de buenos propósitos, como estudiar más, organizarte bien y tal y tal…, pero al final todos esos sueños se quedan en papel mojado. Ten claro que no existen fórmulas mágicas y que, por más esquemas y horarios que hagas, si no te aplicas y mecanizas esa manera de trabajar, de nada te va a servir. Debes tomártelo en serio porque, al fin y al cabo, es por tu bien.


La cama es para dormir y no para estudiar


A la hora de hacer los deberes, lo más adecuado es hacerlo en el mismo sitio, en el cual necesitas tener una mesa amplia y ordenada con todo lo que necesites a tu alcance. Además, es importante tener una buena iluminación, se aconseja combinar la luz natural indirecta y la artificial directa.

Aunque puede ser que tú necesites ir cambiando de espacio o estar en movimiento mientras estudias. O tal vez tu casa sea muy pequeña y no tengas tantos metros cuadrados como te gustaría. Lo principal es que encuentres tu lugar de estudio, sea al aire libre o en una biblioteca.

Una cosa está clara, olvídate de estudiar en el sofá con la tele encendida o en la cama, prácticamente en posición horizontal.