El estudiante de Ingeniería en Telecomunicaciones

Ingeniería en Telecomunicaciones

El estudiante de Ingeniería en Telecomunicaciones
Teodoro García está en el último curso de Ingeniería de Telecomunicación y cuando termine tiene pensado hacer el doctorado.
+ Datos

Nombre y apellidos: Teodoro García Egea
Lugar de nacimiento: Cieza (Murcia)
Edad: 23 años
Formación:
Actualmente, compagino mis estudios de 5º de Ingeniería de Telecomunicación en la Univesidad Politécnica de Cartagena (UPTC) en Murcia con mis estudios de 3º de Ingeniería Técnica Industrial en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

¿Por qué elegiste la Ingeniería de Telecomunicación?

Siempre he sentido curiosidad por la tecnología y la ciencia. Desde muy pequeño me interesé por cómo funcionaban internamente los ordenadores o los instrumentos electrónicos y quizá esto se materializó en mi interés por cursar una ingeniería. Y, finalmente, me decanté por la de telecomunicación por ser la que mejor engloba todos y cada uno de los campos que eran de mi interés, como la programación, desde el nivel más bajo como el ensamblador, hasta niveles superiores como los componentes electrónicos, microcontroladores y microprocesadores. Deposité muchas ilusiones en la carrera de Telecomunicación y comencé con muchas inquietudes que esperaba satisfacer.

Por otro lado, nunca he rechazado las humanidades y las ciencias sociales, de hecho, en la solicitud de ingreso en la universidad, coloqué la licenciatura en Derecho como 2ª opción, en caso de que no me permitieran cursar Ingeniería de Telecomunicación. A pesar de todas las dudas iniciales, al final venció mi faceta más técnica y me alegro, ya que es la que me ha permitido tener una visión global de cómo funciona el mundo que nos rodea.

Bajo mi punto de vista y tras estos años estudiando una ingeniería, los conocimientos meramente técnicos deben complementarse necesariamente con una buena formación humana. El siglo XXI necesita ingenieros capaces de dar respuesta a los nuevos retos que se nos plantean con una formación sólida en valores, con conocimientos del mundo empresarial y, necesariamente, con un gran espíritu de servicio.

¿Qué te está pareciendo el curso?

Salvo contadísimas excepciones, el curso me parece bastante asequible. Los conocimientos adquiridos durante este último curso han sido en líneas generales muy prolíficos. Sobre todo han conseguido resolverme muchísimas dudas que tenía respecto de la electrónica y la teoría de la señal.

Bajo mi punto de vista, este último curso debería ser más híbrido, es decir, una mezcla entre clases universitarias y el mundo empresarial que aguarda al ingeniero cuando sale de la universidad. Creo que no sólo es importante la formación teórica del estudiante en clase o en el laboratorio, sino que este último curso debería de ser un escenario idóneo para dejar al alumno entrar en contacto con lo que inexorablemente será su hábitat una vez salga de la universidad. Echo de menos la posibilidad de que podamos ejercitarnos con aprendizaje autónomo y que el contacto con la problemática del mundo real se reduzca a charlas puntuales que, en muchas ocasiones, no logran despertar el interés del alumno. La inexistencia de este curso hace que, en ocasiones, los estudiantes discutamos entre nosotros sobre la utilidad de determinada materia que, si bien llegamos a estudiarla y dominarla, no tenemos la sensación de que pueda llegar a servirnos más allá de rellenar un examen y aprobar la asignatura.

De todo esto se dan cuenta aquellos que han podido simultanear el último curso de una ingeniería con un trabajo relacionado con esta. Son frecuentes los comentarios de compañeros que no ven demasiada utilidad práctica en este último curso más allá de obtener el tan ansiado título de ingeniero. Por eso creo que no por atosigar al estudiante con trabajos o prácticas de dudosa utilidad y que quedarán guardados en un cajón éste será un mejor profesional. Como estudiante creo que el último curso debe plantearse como una transición y no como un último obstáculo. De esta forma se beneficiarían, en primer lugar, nosotros, los estudiantes, porque recibiríamos una mejor formación, y, en segundo lugar, las empresas, que conseguirían obtener personal cualificado y acorde a sus necesidades en un tiempo récord.

¿Qué hábitos o estrategias de estudio has cambiado o reorientado?

En realidad, durante el periodo de estudio de una persona, los hábitos y estrategias se van reorientando continuamente. Al menos, ese ha sido mi caso, creo que nunca se consigue la técnica perfecta para asimilar conocimientos y comprender conceptos.

Cuando entré en la universidad, tuve que enfrentarme a las carencias acumuladas en bachillerato respecto de hábitos de estudio "saludables". Recuerdo que durante los 1º cursos comencé a rendir más durante la noche, me quedaba hasta altas horas de la madrugada con compañeros y me daba cuenta de que a esas horas el rendimiento era mucho mayor que durante la mañana, había, por tanto, que cambiar el hábito de sueño para alargar la noche y aprovechar esas horas en las que aparentemente la mente estaba más despierta. Sin embargo, conforme avanzaba la carrera, me fui dando cuenta de que el rendimiento de esas horas ya no era como antes; a ciertas horas de la noche ya no me apetecía estudiar como al principio y tuve que cambiar el horario de estudio. Fue cuando comencé a estudiar más bien por la mañana y, sobre todo, durante la tarde, dejando las noches para un pequeño repaso, charlar con los amigos o salir a dar una vuelta.

El hecho de poder estudiar con el sonido de la radio de fondo, durante las mañanas, comenzó a gustarme hasta tal punto que, si las clases teóricas eran durante la mañana, prefería quedarme en la residencia estudiando en lugar de ir a clase. Realmente he comprobado que uno avanza más si estudia en casa que asistiendo a clase (hablo de mi experiencia). Los momentos de relajación, los mantengo incluso en época de exámenes, intento evitar que estos cambien en exceso el ritmo normal de vida que tengo durante el curso. Por ejemplo, un día determinado de la semana siempre quedo con amigos para hacer deporte, sea lo que sea lo que tenga que hacer al día siguiente.

¿Qué materias te gustan más? ¿Y las que menos?

Sobre el gusto de las materias he sufrido una pequeña evolución, como en todos los estereotipos que tenía prefijados antes de entrar en la carrera. Al principio, la programación era mi fuerte, había visto cosas antes respecto de otros lenguajes de programación distintos de los que hemos visto en la carrera y me apasionaba ese mundo. La capacidad de inventar y reinventar programas informáticos utilizando un lenguaje de programación me parecía realmente increíble. Sin embargo, más tarde me di cuenta de que había otros campos complementarios a la programación, que también despertaban en mí un interés creciente. Normalmente, el estudiante al final suele decantarse por las asignaturas en las que mejores resultados obtiene; sin embargo, en este último tramo de la carrera estoy dándome cuenta del gran interés que está despertando en mí el procesado de señal, campo que hasta hace bien poco era de los que más abajo estaba en mi lista de preferencias. En cambio, ahora que voy a comenzar mis estudios de doctorado, con toda seguridad, la tesis tendrá que ver más con temas de procesado de señal que con programación pura y dura o con el campo de la telemática, áreas que consideraba y considero hoy el pilar fundamental de las telecomunicaciones.

En definitiva, tener prejuicios sobre las materias siempre es perjudicial para el estudiante, no puedes convencerte, a priori, de que una materia es mejor o peor si no la conoces a fondo. La prueba de esto todos los estudiantes la sabemos: una vez que dominas realmente una materia, desligas automáticamente de su nombre los calificativos de "difícil" o "fea".

¿Qué aspectos consideras negativos y positivos de estos estudios?

Bajo mi punto de vista, la carrera no está todo lo bien enfocada que debería estarlo. En general, te dan una visión demasiado teórica, aunque existen excepciones y, en principio, si sabes sacar lo mejor de cada asignatura puedes terminar la carrera con una buena base para enfrentarte al mundo profesional. Lo que veo muy negativo es la escasa autonomía con la que contamos los estudiantes a la hora de preparar las materias. Hay demasiadas clases obligatorias y muy poco aprendizaje autónomo. Durante las largas jornadas de la 1 a mitad del cuatrimestre, tienes la sensación de estar perdiendo el tiempo con trabajos que no te aportan nada o con clases de asistencia obligatoria en las que la mayoría de estudiantes sólo buscan estampar su firma en la hoja para cubrir el expediente.
Creo que hace falta motivar al estudiante con la posibilidad de aprendizaje autónomo, no premiar tanto cuestiones totalmente accesorias como la asistencia, y premiar el mérito y el conocimiento adquirido con un programa docente verdaderamente exigente. Creo que la universidad, en general, está sobrada de medios materiales y humanos para formar personas con capacidad crítica y voluntad constructiva; sin embargo, esos medios deben usarse en la dirección correcta. Considero positivo que dispongamos de los medios necesarios para hacer de la universidad la entidad de referencia que debe ser, pero, como punto negativo, me quedo con que los legisladores actuales no hacen todo lo posible para enfocar los medios a ese fin.